Algún día aprenderemos… (Desahogo)
Esto es poco para lo que
realmente podría decir!
Existe en cada uno de nosotros
ese mal hábito… el de usar adjetivos despectivos hacia aquellos tipos de
personas que simplemente consideramos “desencajados” en un mundo lleno de
estereotipos. Cada uno diría, “no es mi culpa que el patrón que me han enseñado
sea el más aceptable” y eso es digno de respetar, cada quien tiene su criterio
y ve las cosas como quiere… pero RESPETAR! Esa es la palabra que cada uno
debería grabar en su conciencia con relación al prójimo… no importa si soy
gorda o flaca, alta o bajita, morena o rubia, no importa en cual extremo me
encuentre. Tengo derecho a pedir respeto y me hago eco de esas personas que
como yo se siente, irrespetadas e inaceptadas por la sociedad que cada vez se
hace más exigente a “su criterio”.
Usted no sabe la lucha interna y
física de una persona para llegar a ser parte del grupo que a todos les agrada y como sus comentarios le puede afectar…
muchos, como yo! Tenemos condiciones de salud que nos dificulta un poco más
llegar a ese punto y no significa que no lo intentemos o que no lo lograremos…pero
lo peor, es que hemos cometido durante
mucho tiempo ese fatal error, el de no aceptarnos a nosotros mismos por
complacer a los demás y luchar por ser como todos prefieren, no como es mejor.
He maltratado tanto mi imagen
frente al espejo que sentí vergüenza cuando llegué al momento de confrontación
entre el amor propio y los criterios de la sociedad que se han estandarizado en
mi mente y han sido por mucho tiempo el lente de mis ojos. Noté que el amor por
mi misma era deprimente, la ventaja es que pude verlo y como toda enfermedad
necesita ser aceptada para remediarse… acepto que no me he amado! Por lo que
pido perdón a las personas a quienes les he dicho “te amo” pues, no creo que
haya podido dar algo de una cosecha que no se ha cultivado, así que lamento haberme
engañado.
No pido aceptación, pero si exijo
respeto… olvidemos los calificativos de “la gorda, la vaca, el tanque, el
calvo, el prieto, el viejo, el flaco, la tabla de planchar, palo e´lu’, bizco
etc.” A nadie le hace falta que le enfatice una condición que obviamente ya
conoce y mucho menos de forma destructiva… si queremos criticar hagámoslo con
bondad y con un objetivo constructivo…
Todos de alguna manera hemos sido
víctimas de este mal, pero también en algún momento hemos sido parte de los
agresores… no ayudes a alguien a deprimirse, a hundirse más en su condición, mejor hazte contribuyente de un cambio, aprende a tener Calidad Humana y
si quieres que alguien cambie para bien, busca consejos y opciones saludables
para ayudarle! Entérate de las causas, no solo del mal. Ayuda a esa persona a
quererse, solo de esa manera podrá tener un cambio interior que se refleje en
el exterior y tú sentirás una paz inigualable…
Recuerda: “El respeto al derecho
ajeno es la paz” respeto tu derecho a no aceptarme, más no puedo respetar que
me irrespetes!
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