jueves, 24 de diciembre de 2015

Suicidios?! (Voces de auxilio)


Es penoso ver en los diarios las numerosas muertes por suicidios... pienso que cuando una persona toma una decisión tan drástica mayormente lo hace porque se ha equivocado, porque siente que no fue capaz de resistirse a un error y porque muchas veces le advirtieron hacer las cosas de un modo diferente y no hizo caso…
¿Por qué una persona decide terminar con su vida en lugar de buscar la manera de luchar y enfrentar sus errores? Pienso que lo primero que el ser humano escucha son las voces acusadoras de la sociedad, piensa en los reclamos por haber defraudado los suyos, en la vergüenza de sus actos, en la muestra de incapacidad de manejar correctamente su vida, la condena del fracaso es la manera en que los pensamientos malignos acorralan a alguien hasta llevarlo al punto de encontrarse sin salida y optar por la decisión aparentemente menos dolorosa, a veces es fácil juzgar desde afuera, a la vista del problema, pero no es lo mismo para quien lo enfrenta.. Esta persona puede pensar que si muere no habrá más motivo de vergüenza para los suyos, que sus errores se opacarán por el dolor que su muerte pueda causar, y ya no habrá acusaciones sino lamento de que una vida se ha ido, una que después de muerto se dice que podía tener un gran futuro por delante, que era un buen ser humano y que de los errores se sale. Solemos decir estas cosas de personas que han muerto, más de quienes nos rodean solo sabemos juzgar y acusar.
Dios es el único Soberano, dador de vida… solo Él está en el derecho de decidir cuándo es el final, todo en la vida tiene solución excepto la muerte. Por muy difícil que parezcan las cosas, siempre hay una salida. Nuestra parte debe ser la de juzgar menos, amar más y tener nutrición espiritual para ser capaces de infundir aliento en quienes puedan necesitarlo.
Vamos a decirles a las personas que conocemos una frase espontánea… “Dios no se ha olvidado de ti”, “Eres una persona especial y algún día vas a triunfar”, “No desmayes ante cualquier situación, Dios tiene el control”, etc.
No analices las personas para decirle algo bueno, ni esperes a que te cuenten lo que les sucede… Solo dile a cualquier persona algo que resalte sus virtudes, algo bonito que sientas en tu corazón y no sabes lo que podrías estar evitando.
Dios escucha!

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