Que se detengan
las agujas del reloj en ese momento perfecto que tus labios pronuncian el
complot de palabras que se derivan del verbo AMOR…
Que mi piel se
erice mientras susurra tu voz…
Que el deseo nos
lleve a ser enajenados de la cordura y sobriedad que a diario nos embiste y que
limita los actos de emoción más excitantes…
Que nuestras manos
se animen a recorrer los cuerpos cual si fuese un alfarero moldeando su arte
con tal delicadeza y ternura…
Que nos podamos
confundir bajo las sabanas desconociendo nuestra piel, sin que haya huecos de
distancia entre tu ser y mi ser… Deseo tu cuerpo en mi cuerpo…
Oh! Delirios,
delirios, delirios…