Estamos estancados:
v Guardando nuestros sueños
v Conformándonos con satisfacer un mero deseo sexual
v Sumergidos en el rechazo de los demás
v En el círculo selecto de personas a quien amar y a quien darle algo nuestro
v Sobre todo, estamos limitando a Dios
v En el temor a explorar nuevos lugares
v En el temor de tratar diferentes personas
v En el egoísmo, la envidia, los celos, el rencor…
Por qué estancamos el amor a Dios y al prójimo si es bueno para nosotros darle libertad???
Me permito desarrollarlo de esta manera:
- Enójese con su cansada y rutinaria manera de vivir
- Enójese con usted mismo por hacerse dependiente de lo que no le puede brindar ayuda, sino que le resta
- Enójese con usted por mantener reprimido el deseo de amar
- Enójese con usted por haber caminado los kilómetros en el mismo lugar una y otra vez
- Enójese y diga basta!!! A la costumbre de vivir estancado
- Enójese y piense que el pecado solo le resta vida, más la obediencia a la Palabra de Dios prolonga nuestros días en la tierra, los hace benignos y nos guarda para la eternidad.
- Enójese con los límites que usted mismo se ha puesto, comience a derribar los muros que le impiden avanzar a la meta. ¿Cómo? Permítase que Dios sea el gigante que batalle por usted, las cosas que le son imposibles al hombre, le serán posibles a Dios.
- Enójese por haberse negado tantas veces la oportunidad de crecer y diga: Hoy decido ensanchar mi visión y seguir mis sueños!!!
- Enójese y salga del estanque en el que ha estado durante tanto tiempo, libérese de las ataduras que le impiden avanzar, átese del que todo lo puede y del que le puede guiar, su meta principal debería ser la de conocer la voluntad de Dios para con usted. Desee pisar las sendas de justicia, amor y paz que el Señor nos prepara.
A veces se nos hace tan fácil renunciar a las cosas que queremos, entonces decidimos abandonarnos a la voluntad de los hombres, conformándonos y rindiéndonos; sin embargo se nos hace difícil abandonarnos a la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta.
Por mi parte digo, que me enojé por vivir estancada durante tanto, me canse de vivir conforme a que “el destino” me de cualquier cosa (Cosa que yo misma produzco) pero dije basta!!! Me dije que no serán los frutos que yo misma siembro, cosecho y cuido los que me alimentarán, sino los que el Señor ha sembrado en mi, los que yo me permito cosechar con su ayuda y los que el cuida. Me estoy encargado de cosechar esos frutos, los frutos del Espíritu que son los que edifican y suman vida. (He comenzado a ver grandes resultados)
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. (Gálatas 5:24)
No es fácil renunciar a lo que tu cuerpo te incita en todo momento, pero los frutos del espíritu son contra la carne y la Palabra me dice que mayor es el que está en mi que el que está en el mundo. Hay que ser valiente para venir al evangelio! El evangelio no es para gente cobarde, ningún cobarde a perdurado en el evangelio.
Enójate para bien y decide cambiar el rumbo de tu vida y asegura el lugar de tu morada para la eternidad.
Solo los que se hacen fuertes y deciden rebelarse contra la carne verán el reino porque no es fácil vivir en la carne y rechazar sus deseos.
Recuerda esto "todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Si estas en Cristo todo te será posible porque no son tus fuerzas, sino las de Dios las que te sostienen.
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