lunes, 6 de abril de 2009

Miedo a quedar solos...


Por mi parte digo: quiero conocer ese ser que sea capaz de enseñarme a amar y no a decir te amo, quiero conocer ese ser que no tenga que adaptarse a una rutina, que sea natural el deseo de compartir nuestras vidas en cada día...

Muchas veces siento desesperar en esta espera, pero he entendido que el miedo a estar solos nos hace tomar decisiones apresuradas, que mañana nos pueden pesar... Es a veces ese miedo el que te hace conformarte con la persona equivocada, con quien no te sientes completo... Sin esa persona especial, solo somos la mitad de un cuerpo ¿la otra donde está? ¿Te atreves a conformarte con un cuarto? Yo no... Puede parecer platónico, pero quiero mi otra mitad... Quiero ese ser que mi complemento será...

Sucede a veces que conoces esa persona que realmente es compatible en todo sentido contigo y esa persona siente lo mismo, pero uno de los dos o los dos ya están comprometidos. Que ha pasado ahí?  Se equivocó el destino, la suerte o Dios? Creo que ninguna de las anteriores, es solo que andamos desesperados, por miedo a quedar solos, escogemos la persona que de momento parece bien para nosotros, la que creemos que podemos y nos puede soportar. Con esto no digo que las personas deban ser totalmente iguales, que deban tener todo en común pues como dice Ricardo Arjona eso sería “apatía”…

Es diferente si encuentras esa persona que le gusta lo que haces y que a ti te gusta lo que hace, tienen algunas cosas en común, otras no. Las cosas en común son las que edifican, satisfacen, enamoran más y las que no son en común son las que mantienen la estabilidad para que no se convierta todo en monotonía o rutina. Es esa persona la que no puedes hablar de ella, sino con ella; es esa que si tu levantas la voz, ella calla para que no se torne una discusión incontrolable; es esa persona que al estar frente a tus amigos te sigue la corriente, para hacerte sentir bien; es esa persona que antes de ofenderte, se muerde la lengua; es esa persona que entiende que al iniciar el día deben separarse para ir cada uno a sus labores, pero que espera con ansias la noche para hacer el recuento de lo transcurrido en el día y sobre todo para darte ese abrazo y ese beso tan especial.

Desgraciadamente, muchas veces, no nos damos la oportunidad de conocer dicha persona porque andamos muy de prisa y es tanto el miedo a quedar solos que nos conformamos con lo que nos brinda solo momentos de satisfacción, con lo que aceptamos porque no hay de otra, porque fue lo que me tocó, es lo que en el momento pude tener.

 Parte de la canción de Ricardo Arjona  
Tarde (sin daños a terceros)

 “Tu ibas con él, yo iba con ella, jugando a ser felices por desesperados, por no aguardar los sueños, por miedo a quedar solos; Pero llegamos tarde, te vi, me viste, nos reconocimos enseguida pero tarde, maldita sea la hora que encontré lo que soñé… Tarde

Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte, tanto inventar, tanto buscarte por las calles como un loco sin encontrarte, ahí va uno de tonto por desesperado, confundiendo amor con compañía y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja que hace escoger con la cabeza lo que es del corazón y no tengo nada contra ellos la rabia es contra el tiempo por ponerte junto a mi tarde…”

 Que pena que se ha hecho natural conformarnos e ir de prisa en busca de alguien que podría no ser la persona adecuada, solo por miedo a quedar solos

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