jueves, 24 de diciembre de 2015

Cuidado con lo que presumes!

Tu gran vanidad hoy, puede resultar tu mayor carencia mañana. Cuidado con lo que presumes!
La vanidad se describe como presunción excesiva y como un enfoque en cosas vacías.
He aprendido que a lo que más nos aferramos materialmente, es lo que se convierte en nuestra mayor necesidad en el futuro. La Palabra de Dios dice que “la raíz de todos los males es el amor al dinero” (no el dinero en sí).
Cuando algún bien material se convierte en tu mayor tesoro y te aferras a eso, Dios te permite experimentar la necesidad de tal cosa, para que entiendas que el gozo interno no se construye con base firme si su enfoque es en cosas superficiales… si quieres tener tranquilidad, paz, satisfacción perdurable, debes apuntar a las cosas que son eternas. Los frutos del Espíritu son permanentes, pero son FRUTOS… es el resultado de una cosecha que debes trabajar y esperar con serenidad para que se formen en ti!
Ama y aférrate a lo que te nutre por dentro, lo que será una fuente inagotable de momentos satisfactorios. Busca la sabiduría, procura los frutos del Espíritu que son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Lo demás es como cenizas que con cualquier viento se esfuma.

14 de Julio del 2015
DEL HP

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