Si R.D. tuviera voz..!

En su vasta ingenuidad, creyeron en las promesas de tus labios, sin percibir que actuabas con tu estrategia de político… seduciendo con la verborragia de las promesas para un futuro mejor, y siempre quedándose todo eso solo en la intención. Con lisonjas de mis atributos te ganaste un poco más su credulidad, sin percatarse de que solo eres un mentiroso más de los que codician mis tesoros. Te aprovechaste de sus carencias, para con un taimado efecto psicológico, tener ventajas de ese deseo urgido de cambiar su condición.

Me has hecho abortar los posibles contrincantes que se formaban en mí para derrocarte, mientras tú te multiplicas como manada de ratas! Así es como este pueblo perece en la espera de un tantito de lo prometido, en tanto vas por ahí con las bolsas llenas, disfrutando tú y los pocos de tu interés, todo lo que dijiste que les darías y lo que harías por mí. No tengo malos deseos hacia ti, solo espero que la ley de “segarás lo que cosechas” se cumpla cabalmente en tu vida. Si ya obtuviste de mí una buena porción, si ya vendiste parte de mi fortuna al mejor postor para ti y el peor para mí, si ya me has consumido mucho, por favor no me desgastes hasta desaparecer, todo el cúmulo de riquezas que tengo debe administrarse con el fin de mantenerme viva y hermosa… con el fin de dar beneficio equilibrado a los que me alimentan. Y no te basta con los excesos que mis administradores te confieren, sino que además haces tretas para apropiarte de algunos de mis atractivos y reservas, para asegurar tu vejez y hasta la de los bisnietos de tus perros.

Me hartaré, resurgirá fuerza de mis entrañas y pelearé por lo que me has quitado… si no puedo recuperar lo que has aprovechado porque mi sistema jurídico está desnaturalizado, me encargaré de que no sigas debilitándome y maleando todo mi organigrama. Tendré el valor de una madre para defender a sus hijos y reuniré mis mejores individuos para abolir tu perverso poder. He parido hombres nuevos que aún no han sido tocados por tus vilezas, jóvenes sabios y con ánimos de provocar un cambio y más que quedarse en la historia, quieren ser parte de mi historia. A estos no los podrás convencer con la misma estrategia que usan tú y tus iguales para avasallar, ya conocen de memoria el libreto que exhibe siempre la misma historia con unos cuantos personajes extras.

La revolución, la independencia, la soberanía justa, está incrustada en mí como el escudo en mi bandera… como el lema lo declara “Dios, Patria y Libertad” es solo cuestión de tiempo!

“Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra.
Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime.”
(Proverbios 29:2 NTV)

11 de diciembre del 2015

DEL HP